Esta puede ser la presentación formal, para un acto con el que aquí nos trae.
Pero, también se puede hacer una presentación más personal. En referencia al lugar, el Convento, y a la persona, Sebastián Lozano.
Desde pequeño, yo, tenía conocimiento de la existencia de una serie de cortijos denominados El Convento. Y allá por los años 70 del siglo pasado, visite el lugar por primera vez; después han sido numerosas veces las que he ido, por motivos de ocio y de investigación, sobre el monasterio de monjes basilios.
A Sebastián Lozano, lo conocí personalmente en 1995, en la sede del Colectivo de Investigación de Sierra Mágina, con el propósito de solicitar nuestra colaboración para el desarrollo de una iniciativa comunitaria de empoderamiento de las mujeres rurales, llamada NOW, entonces él trabajaba en INFORURAL, y eran los inicios de las ADR’s.
Después hemos ido coincidiendo en distintos ámbitos y lugares donde los intereses comunes nos han llevado.
Seguro que me he dejado muchas tareas y facetas de Sebastián Lozano, sin reflejar en esta biografía, pero como he comentado al principio, es una persona con una amplia trayectoria y lo que he dicho es un breve resumen.
Tras esta presentación quiero expresar mi opinión sobre la novela que nos trae aquí.
La novela LA CHICA FRANCESA QUE BAILABA BAJO LAS ESTRELLAS, no es una novela al uso, para mí es una novela RURAL.
Es una novela VITAL, optimista. Es el triunfo del conocimiento, después de una etapa de 40 años, donde se ha transformado todo alrededor de Esteban, el protagonista.
Es una novela DESCRIPTIVA, a lo largo de la misma el protagonista nos va describiendo el paisaje por el que trascurren sus aventuras y sus trabajos. Nos describe la ciudad de Jaén, Campillo de Arenas, Carchelejo, el Cortijo del Convento y su entorno, los cortijos de Cazalla, el Castillo de Arenas y la Cueva del Puerto.
Son unas descripciones precisas, de buen observador, estacionales, donde el ojo del protagonista nos traslada a unos paisajes en la actualidad muy cambiados. Donde los caminos y veredas, se han sustituido por carriles. Donde los cultivos del cereal y las huertas han desaparecido, en su mayoría.
A mí personalmente, me han llamado la atención las descripciones de las tareas agrícolas, cuando y como realizarlas; las tareas relacionadas con los productos de la huerta y del ganado, eso también se ha acabado o queda de manera muy residual.
Esta novela la ha escrito una persona, para la que escribir debe ser un vicio que nunca se detiene, como dice la poetisa Ángeles Mora.
Una vez que se comienza, no se para, y por eso te auguro, que en breve nos deleites con otra novela.
Pero señoras y señores, lean esta antes. A las personas de nuestra edad les llevará a su juventud y, a las personas más jóvenes, podrán comparar la época actual de redes sociales, telefonía móvil, comunicaciones instantáneas con la de hace 45 años, seguro que les será una sorpresa.
No quiero pasar sin nombrar a Pedro Molino, pues también tiene su mérito el editor de la novela. El cual ha sabido olfatear un buen tema. Su amplia trayectoria de diseñador gráfico, publicista, colaborador habitual de prensa y radio, creativo y promotor de proyectos educativos, la complementa como editor de libros, a través de la editorial Liberman. Y en esta novela hay parte de su trabajo y su vocación de favorecer la lectura.
Jorge González Cano
Cronista de Cárcheles.
Carchelejo, 26 de julio de 2018
De izquierda a derecha: Sebastián Lozano, el autor, Enrique Puñal, alcalde de Los Cárcheles, y Jorgue González, Cronista de Cárcheles, y miembro del Colectivo de Investigadores de Sierra Mágina (Jaén)
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